A la escuela íbamos solos o acompañados.
Muchas veces por nuestros hermanos, mayores o menores.
Históricamente la mayoría de los niños ha ido a la escuela con sus hermanos.
Históricamente la mayoría de los niños ha ido a la escuela con sus hermanos.
Pero, en cuestiones fraternas, en la escuela había casos especiales.
En uno de nuestros cursos, estaban con nosotros "las mellizas".
Mellizas pero no gemelas, una morocha y otra rubia.
Llegaban juntas, se sentaban juntas, salían al recreo juntas y se íban juntas de la escuela. Claro que eso para ellas, no era solo una ventaja.
Que nos cuente "Helvita" -una de ellas- al respecto:
Recuerdo que uno de los chicos del otro grado -creo que se llamaba Norberto- perseguía a mi hermana Graciela por los recreos proponiéndole ser novios, y a mi llamándome "cuñadita".
Le enviaba cartitas de amor y por las tardes paseaba por la acera de nuestra casa con su bici.
¡Qué fastidio me daban sus persecuciones!
Un día a la salida del colegio, se acercó a nosotras, como de costumbre y yo revolée mi cartera y ¡le asesté un carterazo!.
¡Pobre niño enamorado!...
¿Habrá alguien que no se haya enamorado por primera vez en la escuela?
¡Saludos queridos compañer@s, . . . y espero que aquel niño me haya perdonado!
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