Escenas Escolares

Hubo en aquellos años un ilustrador que tuvo entre sus temas favoritos, la escuela.

Se llamó Norman Rockwell y desde aquí le dedicamos un homenaje.

(Para verlo en Pantalla Completa, presiona abajo las 4 flechas direccionadas)

 

Buenos y más Buenos

Buenos deseos y Buenos recuerdos llegaron para todos los de la 8 del ´65,  al correo de cada uno  por la carretera cibernética.

Mingo envió una hermosa tarjeta para todos,  con sus mejores deseos ¡Gracias Mingo! ¡Bendiciones para vos y los tuyos de nosotros y los nuestros!  :-)

... y El Gallego,  -que un tanto desorientado ha ido a parar al otro extremo del mapa español- (pero bueno la inclinación imperceptible del eje terrestre trae sus desajustes ¡que vamos a hacerle!); pasando a ser El Gallego Gironés (¡¿?!) nos ha enviado a todos este hermoso recuerdo de los 75 años de la escuela para compartirlo en nuestro blog ... Va anverso y reverso ...

Charla entre amigos 2

Mientras Mingo y JuanJo se encontraban en España, por aquí Cachito y su barra de amigos organizaba un nuevo encuentro.

Lidia, las Melli, Leti, Norita, Mabelita y Maria Ester intercambiaron mensajes y los encuentros se fueron concretando.

El primero el 7 de noviembre en una pizzería de nuestro San Frenando. El bullicio apenas nos dió lugar a charlar pero no nos privamos de hacerlo.

Helvita, una de las melli, estaba todavía convaleciente de una nana, pero los compañeros no le permitieron faltar.

Pronto se organizó la forma de ir a buscarla para que se cure más pronto.


Y en el segundo encuentro, la recuperación había sido total y muy rápida ¿habrá tenido algo que ver  en ello las dosis de "encuentro-entre-amigos"?

Así  cenamos, charlamos, bebimos, charlamos, y charlamos mas....

Bueno, y como es obvio sacamos fotos también ...

Las horas corrieron sin que nos diéramos cuenta,

como pasa en cada encuentro.

UN MES DESPUÉS...

Un mes después, en el mismo sitio, pero exigiendo esta vez, que la mesera hiciera una mesa redonda con mesas cuadradas ¡¿?! , nos reunimos nuevamente.

Conscientes de que obligábamos a la pobre empleada a desafiar las leyes de la geometría del espacio, aceptamos una gran mesa cuadrada donde pudimos -como los caballeros de la mesa redonda- vernos todos y charlar mejor.




Y HABLANDO DE CHARLAR...




Y hablando de charlar queremos que las fotos de aquellas noches de amigos den testimonio de quienes logran ser "los animadores de cada encuentro" .

PRIMER ENCUENTRO :

SEGUNDO ENCUENTRO:

Este segundo encuentro -tal vez por algún desconocido efecto o defecto- quizás como resultado de la triangulación circular del cuadrado ¡¿?! que achacamos a la mesera, o por otras energías raramente presentes, las luces dispuestas en línea sobre nuestras cabezas giraban locamente ¡!!!

¡No pregunte por qué!, nosotros por las dudas no nos respondimos nada....

Pero volvamos buscando a los mentados animadores del encuentro...

¿María Ester?...

¿Carlos?...

¿Luis?...

¿Leti?...

¿Lidia?...

¡Se inicia el concurso, señores!

Pero, mientras tanto...

-¡Moza!... otra de cebollas...

Charla entre amigos

Los encuentros de este 2014 tuvieron semejanzas que nos acercan más y más a esos días de infancia.

La locuacidad  y buen ánimo que tuvimos entonces, habita en nosotros y no es algo que se deje en el camino de la vida.


Así animados por ese entrañable amor a la infancia y nuestros años de escuela El Mingo y El Gallego se encontraron en España.

Y todos estuvimos pendientes y con el corazón lleno, viéndolos reencontrarse después de tantos y tantos años.

Ya sabemos por experiencia que lo que puede pensarse como una gran distancia de años, se acortó inmediatamente con la presencia en sus almas de aquellas caras, aquellos momentos llenos de vida de nuestros años de escuela.

Y charlar fue ... algo genial!!.


¿Verdad queridos compañeritos?...

¡Nosotros felices de verlos! 

Y lanzamos al mar una botella llena de mensajes de amistad ... que en buena hora les llegue.

Si se animan cuéntennos cómo anduvo eso.

COMO UNOs GULLIVERS

Cuando me recibí de maestra, hace ya muchos años , debí hacer mis prácticas, nada más y nada menos que en nuestra querida escuela primaria Nº 8.

Lo primero que sentí al entrar fue un impactante desfasaje entre mis  recuerdos y la realidad física de la escuela.

El escenario, las aulas, los patios, la dirección, eran notablemente más chicos de lo que yo los recordaba. Entonces, si bien era  la escuela, en cierto sentido no lo era. Dí gracias a Dios por la diferencia, que convertía a  mi escuela de la infancia en una más hermosa, especialmente grande, única y amada.

No había podido describir esta particular sensación de preservación en el recuerdo,  hasta que Juan José  en su carta  de estos días acertó a hacerlo. 
Refiriéndose a su viaje en 2006, después de 40 años dijo:

"era la tarde y habían terminado las clases, entramos y nos dirigimos a la dirección, como es lógico otras caras ...

Fue muy emocionante con una lluvia de recuerdos que me venían a la mente, que no podía parar. Los pasillos, los baños, el escenario, el patio y las aulas. 

Me sentía como en los "Viajes de Gulliver", todo me parecía tan pequeño, pero yo me veía por todos los rincones de la escuela, pero en mi mente todo era gigante, un contraste muy particular. 

Repase todas las caras y creo que con  todos debo tener recuerdos. Al salir de clases y dirigirnos al kiosco por las golosinas, como tentempié hasta llegar a casa, o las figuritas que tocaran por temporada, o las bolitas, hasta que fuimos creciendo y las hormonas nos pedían jugar con las chicas ... "

 ¡Gracias Juan José, por esta metáfora tan acertada!

Sin dudas una experiencia que repicará en todo el que después de muchos  años quiera retornar a la escuela ...  aquella imposible de volver a ver exactamente igual .... preservada en el recuerdo y  para siempre como una instancia particular de un mundo mágico , mundo en el que ya no podemos menos que sentirnos "como unos Gullivers."

Desde Girona, llegan cartas...

Un rastreo exitoso:

Noviembre de 2013, tardecita de semana, Lidia llama a Helvia y le da la noticia;  tiene una sospecha:  que el Juan José Muñoz que vio por Internet (lo buscábamos con dos pistas, es médico y vive en España) tiene un correo con un número clave: el 53. ¡ Tiene que ser él !

Helvia le dice que también lo estuvo rastreando y le manda por chat una foto que consiguió en la web y otra de nuestro "gallego" de cuando tenía 12 años .
Las dos se ríen: ¡Son iguales! pero con unas décadas de diferencia.
Y otra vez piensan... ¡ Tiene que ser él !

Lidia tiene problemas con la Internet. Le pide a Helvia que le escriba .
Prueba con esperanza :

Hola Dr. Juan José Muñoz:

(…) pertenezco a un grupo de excompañeros de la escuela primaria Nº 8, Hipolito Irigoyen de San Fernando, provincia de Buenos Aires, Argentina. Estamos rastreando a nuestros compañeros de escuela, entre los que había un Juan José Muñoz (muy querido por todos por cierto) que tenía el sueño de ser médico y al que recuerdo el último día de escuela agarrado al telón del escenario llorando porque ya no volveríamos a jugar todos juntos. ¿Será Ud.?.

Y dos días después llega la ansiada respuesta... los mails vuelan y la alegría de todos también:

Mi querida amiga de mis recuerdo de niño!

Helvia, tu eres una de las mellizas, que alegría y como ves paso a tutearte con la desfachatez de los años y el derecho de haber compartido parte de mi infancia y de haber correteado juntos y de estar en tu casa estudiando que ya poco me acuerdo, las neuronas te hacen malas pasadas. (…) . Yo vivo en Girona en el norte de España desde 1984 que me fui de Buenos Aires, mejor dicho que la crisis me hecho y ahora por acá está la cosa tan jodida que no se si tendré que volver (es broma).

Me alegro de este primer contacto y te mando un fuerte abrazo y besos.

              Juan José

Luego llega otra carta con fotos y recuerdos:

(…) te mando unas cuantas fotos de la época ...

 

...  y la de final de egresados en el Teatro (Tamagni?) con la directora y José Luis,  

...  también otras del 2006 que fui a Buenos Aires y para que veas que soy un nostálgico y cuanto que los quería a ustedes y la escuela que pase con mi mujer. Es increíble que me sentí como en los cuentos de los viajes de Gulliver, cuantos recuerdos y anécdotas me pasaron por la cabeza (es bueno para alejar el Alzheimer...jajaja!).

 

Y seguramente estas historias continuarán...